29 de marzo de 2009

Y cuando anochece, me visto de sombra. Acompaño a las calles desiertas, ligera, flotante. El suelo parece lejano y hasta blando. Me deslizo grácil entre semáforos ámbar y pasos de cebra de un blanco asombroso. A veces, otras sombras me acechan. Bajo al asfalto, de repente. Acelero el paso. Finalmente corro. No sé por qué no corro desde el principio, si es lo que realmente quiero hacer. Corro tanto que las pierdo rápidamente de vista. Las sombras desaparecen, pero yo sigo corriendo, y me giro de vez en cuando, con el miedo en el cuerpo y la adrenalina por las nubes. Voy frenando poco a poco, jadeante. Tengo que parar porque no puedo evitar reír. Parezco... soy una loca en mitad de la ciudad.

Me tiemblan las piernas. Serán los tacones que hace tan sólo un minuto resonaban por cada callejón. Salgo a una gran avenida llena de luces y de silencios interrumpidos por sirenas lejanas. Me veo a mí misma en blanco y negro. De repente, mi ropa se tiñe de un color anaranjado. Vuelve el negro. Levanto la mirada y descubro una vieja farola traviesa que juega a encenderse y apagarse...






A lo lejos, un señor extrañamente alto apunta con el dedo hacia mi destino.







Thanks to Little Bugger for this picture!

15 de marzo de 2009

Podrán cortar todas las flores...

Mangas remangadas, sol en la cara, brisa placenteramente cálida. Olor a mar en un barrio periférico. Flores que empiezan a colorear las copas de los árboles y la ropa de los transeuntes.

Gente allá donde mires, en todas las calles, paseando en ninguna dirección concreta. Disfrutan, alegres, pero aún desconfiados (llevan chaquetas a cuestas), de los primeros días de un calor apacible que parecía no llegar jamás.


Cuatro de la tarde, ventanas abiertas de par en par y, de fondo, el sonido tan característico de cualquier bloque de pisos. La película de Antena 3 reflejada en el balcón del primero; cacharros de cocina a medio lavar en el segundo. Se altera la sangre en el tercero. Aprovechan la llegada de la primavera para reforzar el refranero popular a ritmo de bachata.

No oigo nada en el cuarto. La comida familiar en casa de los suegros de turno ha dejado un extraño- y frío- vacío en el acogedor piso de 55m2.


Canto, sin complejos, en mitad de la carretera. No hace falta gritar. Todo son dulces susurros un sábado a estas horas en las calles de Barcelona, o al menos de ésta Barcelona.

Me echo a reír, sin remedio, al recordar. Agacho la cabeza, sigo recto, recto y después giro a la derecha. Subo la cuesta y... sí, definitivamente ha llegado la primavera.








... pero no podrán detener la primavera*

9 de marzo de 2009

Barcelona: fuente de inspiración

Este Blog nace hoy con una intención clara: moverse siempre como su dueña, entre contrastes.

Por un lado, caminaremos entre la admiración y la crítica. ¿Admirar qué? ¿Criticar qué? La Ciudad Condal, donde nací y crecí. Donde vivo, donde sueño, donde creo. Así, la descripción del blog cambiará con cada actualización en función de estos dos procesos aparentemente contradictorios.
Nadie que respire por cada poro de su piel Barcelona puede negar que siente tanto amor como odio, tanto gozo como rabia por esta ciudad de contrastes.

Por otro lado, intentaré crear siempre un cierto equilibrio (sospecho que imperfecto) entre fotografía y texto. No lo negaré, lo mío (si es que hay algo "mío") son las letras. Pero pretendo que la imagen, a veces, valga más que mil palabras. Y para conseguirlo, voy a necesitar ayuda de quien se preste a ello.

Creo que me hubiese resultado muy sencillo hacer un panfleto propagandístico sobre las mil maravillas de Barcelona, que seguro que las tiene. Pero ni tengo relaciones estratégicas con el Ayuntamiento ni (mucho más importante) creo que sea sano idolatrar nada ni a nadie de esa manera.